lunes, junio 27, 2011

En la lluvia.

Bajo la tormenta la chica indecisa tocó la puerta de aquella casa tan familiar en la noche del sábado, horas atrás estúpidamente perdió el ultimo camión que la llevaría 2 hrs de camino directo a la ciudad donde ella vivía había ido a su pueblo natal solo por unos negocios.

La recibió él y la sorpresa de verse fue mutua,

-Hola- saludo Inés- no quiero molestarte pero he perdido el último camión y quería pedirle a tu padre si me daba asilo solo por esta noche.

-No hay nadie, todos han viajado pero puedes quedarte yo también me regreso mañana a la ciudad- contesto Ramiro nervioso.

Inés no tenía otra alternativa, pasar la noche con él o pasarla en la calle bajo la tormenta así que decidió pasar.

-Inés te quedaras en el cuarto de mi madre yo dormiré en el cuarto de arriba por si necesitas algo- le dijo el hombre dándole una cobija y una almohada.

-Gracias Ramiro.

Ahora estaba en la habitación empapada y solo llevaba un cambio extra de ropa, así que decidió desnudarse completamente tender su ropa donde pudiera secarse y limitarse a dormir después de aquel día tan difícil que había tenido, pensó en Ramiro y después quedo dormida.

Ramiro como de costumbre era exageradamente madrugador bajo al primer piso buscando a Inés recordando que ella siempre despertaba tarde siempre que el trabajo no se lo impedía, toco la puerta de la habitación pero nadie respondió, y un poco molesto se limito a entrar en ella, todo silencio solo se escuchaba la respiración de ella, se sorprendió al ver que aun dormía bocaabajo pero se detuvo a ver su espalda desnuda, había olvidado como era su piel se llamo “estúpido” por haber permitido que pasaran tantas cosas, y salió de la habitación aun más molesto.

Tarde como siempre Inés despertó, se vistió lista para marcharse salió de la habitación y vio a Ramiro en la cocina preparando el desayuno ella saludo un “buenos días” pero él molesto solo murmuró un “que tal”.

Mientras desayunaban el hombre había creado un plan para vengarse de ella se irían muy tarde para echar a perder su día, pero a ella no le molesto en absoluto ya que no llevaba nada de dinero pero no quiso comentarle a él por pena.

Llegó la tarde y la hora de marcharse en el automóvil de Ramiro, junto a él de copiloto iba Inés…

Había pasado exactamente un año desde aquella separación, Inés y Ramiro decidieron vivir juntos como llevaban planeándolo en su larga relación de 5 años, Inés finalmente se fue a vivir a casa de Ramiro en los primeros meses todo iba de maravilla reian juntos, comían juntos y hacían todo juntos, pero con el tiempo Ramiro no soportaba ciertas costumbres insignificantes de Inés como era dejar los zapatos en el cuarto de lectura, o desacomodar su colección de cds cuando ella limpiaba, una noche él no soportó mas y le reclamo a ella entrando en una acalorada discusión donde Ramiro terminó corriendo a Inés de su casa.

Desde ese entonces ninguno de los 2 se había vuelto a ver, hasta aquella noche, mientras iba en camino ambos sin querer recordaban lo mismo recordaban que se amaban locamente y que el mundo siempre estaba en contra de su relación por ser tan diferentes, recordaban lo felices que eran juntos, aquel beso en el cine, aquellas discusiones sobre si el tirar una envoltura de mazapán a la calle cambiaria al mundo, aquellas tardes encerrados en casa haciendo el amor y después cantando canciones juntos.

Inés vio que Ramiro seguía igual de atractivo, su cabello rizado y su barba perfectamente cortada hacían que pareciera que los años no habían pasado en él, y Ramiro seguía tontamente cautivado por los ojos de su Inés, ambos sabían que aun se amaban pero el orgullo no les permitía volver a unirse.

-Hemos llegado a tu casa Inés- ella ahora vivía con una amiga pues el pago era mas barato que vivir sola.

-Si, espera solo déjame buscar las llaves- la chica buscó y buscó y no las encontró.

- Dios!! No las encuentro, le llamare a Faby para decirle que estoy aquí y me abra-

Faby contesta y le dice que no está en casa que está en su pueblo también que llegará hasta el siguiente día, ya eran las 8pm de un domingo donde no era la hora ni el día correcto para conseguir a un cerrajero.

Ramiro creyendo que todo era un karma que debía pagar le dijo a ella que podía dormir en su casa, y ella aceptó.

De camino la casa comenzó a llover muy fuerte y a unos pasos de llegar a la casa Ramiro le sugirió a Inés que evitara hacer todo lo que a él le molestaba, le recordó lo de los zapatos y eso de dejar sus cosas regadas por toda la casa, ella enojada le grito que era mejor irse de allí bajo del automóvil y camino a la calle donde en cuestión de segundos ya estaba empapada de nuevo, Ramiro bajo del auto también y fue a perseguirla pidiéndole disculpas y convenciéndola de regresar.

Al llegar a casa ella recordó tantas cosas guardadas que eran solo de ellos.

-Dormiré en el cuarto de huéspedes- comenta la chica.

- Te daré una pijama que dejaste aquí- dijo él

Ambos se fueron a dormir temprano a eso de las 10 pm pero a media noche unos quejidos de Inés despertaron a Ramiro, se levanto de su cama y fue a ver que le sucedía a su “pequeña” como él solía llamarla.

-Inés que te pasa?- pero ella no contestaba y seguía quejándose.

Ramiro se acerco a la cama y puso la mano en la frente de ella fue entonces cuando se dio cuenta que ardía en fiebre y la chica deliraba, el termómetro marcaba 39° entonces Ramiro trato de sentarla la desnudó y la llevo hacia la regadera donde dejo caer el agua tibia sobre ella esperando que eso aminorara la fiebre.

Efectivamente la fiebre aminoro pero él decidió llevarla a su cama para estar al tanto de su temperatura, seco su cuerpo y sin vestirla solo tapándola con una sabana la dejo dormir a su lado.

Al amanecer Ramiro contemplaba a su hermosa pequeña nunca olvido lo feliz que le hacía verla cada mañana dormir tan placenteramente y después la envidiaba por dormir tanto, Inés abrió los ojos y sonrió le agradeció por cuidarla la noche anterior, ella se sentó en la orilla de la cama para vestirse e irse a su casa pero Ramiro dijo:

-Quedate.

-Estas loco? No puedo quedarme ya debo irme a mi casa- dijo ella riendo

-Quedate aquí para siempre-

Inés se detuvo fríamente, era lo que estaba esperando desde hacia 1 año, volver con él volver con el amor de su vida.

Inés se acercó a él y después de un largo año volvió a besarlo como aquel día en el cine.